Se trata de una de las armas más antiguas de la humanidad, ya que el arco se usa a menudo para cazar presas peligrosas y escurridizas. Sin embargo, como las flechas normales son inútiles contra los Bégimos, aquellas usadas por los guardas son más largas, más pesadas y mucho más grandes, las cuales requieren un arco más largo que pueda dispararlas. Al ser lanzadas, las flechas de los Arcos largos pueden atravesar la gruesa piel de los Bégimos y dañar sus extremidades. Aunque el daño que ocasionan es menor al compararlo con las armas cuerpo a cuerpo, el verdadero mérito del Arco largo radica en su capacidad para infligir daño de forma continua sobre las extremidades de un Bégimo. Es más, su extraordinario rango de ataque le permite infligir daño a determinadas partes que las armas de corto alcance no pueden alcanzar con facilidad.
Debido a su categoría de largo alcance, los guardas que usan arcos largos visten una armadura diferente a las de otros guardas. Su equipo de protección es ligero y les otorga mayor movilidad, a cambio de llevar atributos defensivos de menor resistencia. Por lo tanto, los arqueros que portan Arcos largos deben cuidar su distancia y estar atentos a cualquier movimiento de los Bégimos durante la batalla, pues el combate cuerpo a cuerpo es demasiado peligroso para ellos. Del mismo modo que Diana, la elegante guarda guerrera, los más destacados arqueros que usan un Arco largo poseen un agudo instinto para el combate, y pueden lanzar una lluvia constante pero letal de flechas a la distancia.