Si la Gran espada tiene el poder de Hércules en el campo de batalla, las Espadas dobles son como Hermes: ágiles y precisas. Estas espadas, cada una en una mano del guerrero, son ligeras y miden poco más de un metro, perfectas para infligir ataques a gran velocidad. Aunque no pueden causar daño mortal de un solo golpe, sus ataques pueden infligir profundas heridas en los Bégimos. Los guardas pueden imbuir estas espadas con éter, el cual se esparce en las lesiones que las espadas logren ocasionar. Esto dificulta la regeneración de los Bégimos y permite que las heridas ardan de forma instantánea, provocando un gran daño y sellando así el destino del Bégimo afectado.
Al blandir las Espadas dobles en batalla, debes estar en movimiento: una ofensiva veloz es la mejor forma de ir contra un oponente. Este es el estilo de ataque de las Espadas dobles: embates rápidos y saltos en el aire. Debido a su gran variedad de estilos de batalla, quienes usan las Espadas dobles son llamados Bailarín de espadas entre los guardas. La mejor exponente de este estilo entre los guardas es Nadia. Al entrar al campo de batalla, esta reservada guerrera recuerda a un bailarín subiendo al escenario; su habilidad con las espadas es hermosa y letal.